El mayor anhelo de todo cristiano es ver cumplidas las promesas de Dios. Aprende a descansar más en la fidelidad de Dios que Él cumplirá lo que ha dicho. Hasta ese momento, recuerda, obedece y predica la Palabra de Dios.
¿En qué se deleita el Señor? Las Escrituras son claras respecto a este tema. Dios se deleita en quienes le temen y ponen su honra en lo más alto de sus vida. Dios se deleita en el remanente que es para su Gloria, una Iglesia con temor reverente. El Señor vela por los que le temen a Él.
Muchas personas aman las cosas que Dios puede dar pero no a Cristo. ¿Dónde está tu corazón? ¿Amando el dinero o las posesiones terrenales? ¿O amando a Dios mismo? Tenemos que entender que Dios no le interesa lo que nosotros tengamos o cuánto dinero damos a la Iglesia sino nuestro corazón.
Cristo es la Justicia del Señor y regresará pronto. Cuando estés frente al trono de Dios, ¿Tendrás la justicia de Cristo a tu lado? ¿O enfrentarás la justicia de Dios?
¿Cómo estás dirigiendo tu casa y tu familia? ¿En qué se basan tus planes? Fácilmente nos podemos desviar de los mandatos que Dios ha puesto en nuestra vida para protegernos del pecado.
¿Estás identificando las advertencias de Dios para tu vida? Ignorarlas proviene de un corazón orgulloso y arrogante que piensa que su manera es mejor que la de Dios. Debemos ser humildes y estas en contstante lectura de la Palabra de Dios para poder identificar las adevertencias de Dios.
Dios es digno de toda Gloria y Honor. ¿De qué manera has honrado a Dios? ¿Dios se sentirá honrado al ver tu vida? Es necesario examinar nuestra vida si es que no hemos caído en la misma ceguera espiritual que cayó el pueblo de Israel.
¿Has sido testigo de la grandeza del amor de Dios en tu vida? ¿O estas quejándote constantemente por las situaciones que pasan en tu vida? Lo peor en que una persona puede caer es en una apatía relgiosa que impide ver el amor de Dios en su vida