Dado que nadie está excluido de invocar a Dios, la puerta de la salvación está abierta a todos. No hay nada que nos impida entrar por ella, sino sólo nuestra propia incredulidad.
¿Cuáles son tus expectativas para este año? ¿Cómo cambiarían nuestras expectativas si estas estuvieran siendo refinadas por la voluntad, el carácter, la Palabra y Promesas de Dios? ¿Qué es temer al Señor?