Dado que nadie está excluido de invocar a Dios, la puerta de la salvación está abierta a todos. No hay nada que nos impida entrar por ella, sino sólo nuestra propia incredulidad.
¿Qué es lo roba tu gozo? ¿Es el sufrimiento algo que Dios puede usar para nuestro bien? Te invitamos a que escuches nuestro estudio en el libro de Filipenses, ahora en Filipenses 3:1-11