Dado que nadie está excluido de invocar a Dios, la puerta de la salvación está abierta a todos. No hay nada que nos impida entrar por ella, sino sólo nuestra propia incredulidad.
¿En dónde buscas sabiduría? ¿En dónde estás buscando consejo? ¿En Cristo o en las influencias del mundo? Cristo es el Admirable consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de paz; no necesitamos buscar a nadie más para guiar nuestra vida.