Dado que nadie está excluido de invocar a Dios, la puerta de la salvación está abierta a todos. No hay nada que nos impida entrar por ella, sino sólo nuestra propia incredulidad.
Iniciamos nuestra nueva serie de prédicas basadas en el libro de Hebreos. ¿Quién es el autor de Hebreos? ¿Cuál es el propósito de la carta? ¿Cómo deberíamos entender las advertencias de Hebreos?