Dado que nadie está excluido de invocar a Dios, la puerta de la salvación está abierta a todos. No hay nada que nos impida entrar por ella, sino sólo nuestra propia incredulidad.
¿Qué legado estamos dejando a nuestros hijos? ¿Qué aprenden nuestros hijos cuando ven nuestra vida? Los padres son las personas más influyentes en la vida de sus hijos y todo lo que hagan va a afectar su vida y la vida de sus descendientes.