Dado que nadie está excluido de invocar a Dios, la puerta de la salvación está abierta a todos. No hay nada que nos impida entrar por ella, sino sólo nuestra propia incredulidad.
Juan Calvino
¿No ardía nuestros corazón, cuandos nos abría las Escrituras?
¿Cómo puedes saber si conoces a Jesús profundamente? ¿Tienes pasión por la Palabra de Dios? ¿Es una pasión duradera o temporal? Escucha la prédica del domingo