Dado que nadie está excluido de invocar a Dios, la puerta de la salvación está abierta a todos. No hay nada que nos impida entrar por ella, sino sólo nuestra propia incredulidad.
¿Dios sigue hablando a nuestras vidas en estos días? ¿De qué manera nos habla Dios hoy en día? ¿Estás escuchando su voz y aplicando lo que él manda a hacer?