Dado que nadie está excluido de invocar a Dios, la puerta de la salvación está abierta a todos. No hay nada que nos impida entrar por ella, sino sólo nuestra propia incredulidad.
¿A qué se refería Jesús con la cosecha en Mateo 9? ¿Qué te debería de mover para salir de tu comodidad y predicar el evangelio? Escucha la prédica del domingo