Bienaventurado el varón
que no anduvo en consejo de malos,
ni estuvo en camino de pecadores,
ni en silla de escarnecedores se ha sentado,
sino que en la ley de Jehová está su delicia
y en su Ley medita de día y de noche.
Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,
que da su fruto en su tiempo
y su hoja no cae,
y todo lo que hace prosperará

Salmo 1:1-3 RV. 

Este salmo es considerado como un prefacio de todo el Libro de Salmos. Es un Salmo de Sabiduría que anticipa al libro entero, pero también nos ayuda a evaluarnos a nosotros mismos.  Que sea un salmo de sabiduría indica que nos instruye en la voluntad de Dios.  Y como hijos de Dios debemos buscar hacer la voluntad de Dios.

Quiero pedirte que leas el texto un par de veces, y tomes nota de lo que Dios te está mostrando en el texto. Ora, arrepiéntete y ponlo en práctica. 

Me encanta como este Salmo y el libro inicia, me recuerda al libro de Apocalipsis capítulo 1 verso 3 y también al Sermón del Monte. Sería bueno que tomarás un tiempo para leerlos más tarde. 

La palabra Bienaventurado en el Griego conlleva una multiplicidad de bendiciones, a nivel personal o de individuo; se trata de un gozo profundo y de contentamiento en Dios, también apela a la redención, el favor y la Justificación de Dios, no es algo que está relacionado con las situaciones sociales, económicas, ni emocionales, sino de experimentar el favor de Dios. 

¿Quiénes son los bienaventurados?  Vemos el Salmo 1:1-3

Iniciamos con carácter, si el carácter del hombre – mujer piadoso:  No sigue el consejo de malos, ni estuvo … ni se junta...  Prácticamente no sigue lo que no es de Dios.

El hombre o mujer bienaventurado es el que ha decidido en su corazón no asociarse con todo aquello que le impida dar gloria a Dios,  no involucrase con todo aquello que le distraiga de hacer la voluntad de Dios. (Isaías 55:7 “Deje el impío su camino”). 

Notemos la progresión desde: malos a pecadores hasta llegar a escarnecedores. Ven la intensidad del endurecimiento y la rebelión en contra de Dios; no sólo nos da la advertencia de  que podemos llegar allí pero nos da la dirección en la que debemos correr.

Eso significa mantente puro,  sin mancha, apartado para Dios.  ¿Cómo  haremos esto? ¿Cómo nos mantendremos puros y sin manchas?  Pon todo tu esfuerzo en deleitarte en la Palabra de Dios, este el pan diario que da los nutrientes para resistir cada día. 

El hombre-mujer bienaventurado no sólo se aparta del camino del mal pero lo hace para deleitarse, contemplar y asimilar la Palabra de Dios constantemente; como el salmista lo escribió de día y de noche… No sé si lo has notado pero cada día que hemos vivido hasta hoy y los que vendrán han tenido mañana y noche. ¿Qué has hecho con esos días y noches que Dios te ha dado? ¿Te has deleitado en la Palabra de Dios o te has revolcado en el lodo sin sentido?.

Y es aquí donde somos Bienaventurados; literalmente en Cristo Dios nos trasplantó  (Plantados),  nos cultiva, nos arraiga, nos protege,  es la provisión que nunca falla, es la fuente que no se agota,  y solo así podremos dar frutos y prosperar. Que gran gozo y bendición es para aquél que se deleita en la Palabra de Dios.

Aplicación:

Toma en serio la Palabra de Dios y ponla en práctica en toda tu vida. Arrepiéntete de tu autosuficiencia, arrogancia y pereza y deléitate en La Palabra de Dios, sólo así habrá fruto en tu vida y prosperidad.
 
Eres Amado.