No amen a este mundo ni las cosas que les ofrece, porque cuando aman al mundo no tienen el amor del Padre en ustedes.

1 Juan 2:15 (NTV)

“Los hijos de Dios nadan río arriba y viven en contra del curso del mundo.” Esta es la verdad sobre los hijos de Dios, así debería lucir tu vida. Estamos viviendo entre hombres y como los hombres, pero nos estamos moviendo en una dirección diferente que el mundo, (Siendo luz en la oscuridad) y somos cargados por el Espíritu Santo. (Lo cual nos lleva a la Santidad). Otros pueden tomar cualquier curso que deseen, pero nosotros como hijos de Dios tomemos este curso: Acercarnos a Dios.

El alma santificada, el alma satisfecha en Dios no se deleita en los tiempos, las corrientes y las opiniones de la época, la cultura, o la moda. No busca el curso que se eleve a la preferencia, la obtención de riquezas o el logro de una felicidad presente imaginaria (Filipenses 3: 18-19). Tiene otros pensamientos y opiniones, este hombre o mujer ha puesto su mirada en las cosas del cielo y el Espíritu de Dios hierve en él para vivir en contra de este mundo

A veces, Dios permite frustraciones, y permite que nuestras lujurias tengan las riendas por un tiempo, para que probemos un poco del árbol prohibido y probar su fruto amargo y decir por experiencia: “Es amargo y es tontería estar lejos de Dios”. Acercarse a Dios es nuestro principal bien. Si es nuestra felicidad buscarlo, debe ser una mayor felicidad acercarse a ÉL. Dios está en todas partes con Su presencia, poder y providencia, pero hay una especial presencia de Dios en los corazones de Sus hijos. Hay una cercanía graciosa cuando el Espíritu de Dios dulcemente agranda, consuela, apoya y fortalece a Sus hijos.

Al igual que Maria (Lucas 10:39) prefirió estar a los pies de Jesús y escucharle, nosotros deberíamos de elegir la mejor parte; amar a Dios, deseamos aún más comunión con Él. Debemos suplicarle al Espíritu que ponga esto sobre nuestras almas cuando otras cosas nos llevan en contra. Trabajemos para estar convencidos de la excelencia de las cosas espirituales. (Colosenses 3:1-3) 

Aplicación

¿Qué cosas me están impidiendo pasar más tiempo con Dios?

¿Mi oración personal es acercarme más a Dios para conocerle?

¿Qué cosas de este mundo me preocupan, estresan, afanan y hacen que desviemos la mirada de Cristo?

Nota* Devocional adaptado de “Voices from the Past” Richard Rushing