El poder del Débil
Vivimos sumergidos en un mundo en el que el débil es menospreciado, apartado, desechado, ¿Cuántas veces te has sentido así? Entonces procuramos vencer nuestras debilidades para no luchar con rechazo y empezamos a seguir el ritmo de la cultura, porque a diario queremos mostrar nuestros logros, nuestras victorias, talentos, habilidades; luchamos con mucha fuerza para sobresalir, nos esforzamos por mantener el control, la calma y sobriedad cuando todo está mal, y muy a menudo estamos en una lucha constante para mostrarnos ante este mundo como victoriosos, fuertes, y resistentes; nos sentimos orgullosos de nosotros mismos cuando admiran nuestras cualidades; y cuando esto ocurre, pensamos: Lo logré, soy aceptado.
Pero qué pasa cuando nos sentimos tristes, derrotados, cuando sentimos que no podemos más, cuando vemos venir el fracaso, o nos sentimos cansados y débiles. La psicología y la ciencia humana van a gritar: Tú puedes, el poder está en ti, esfuérzate más, e iniciamos cada día con una dosis de adrenalina ficticia que sucumbe ante la dura realidad.
Como creyentes nos enfrentamos a estas luchas constantemente, entonces oramos a Dios y suplicamos para ver Su favor en nuestras vidas, y Dios responde: No, no es el la manera ni el momento, ni mi forma de obrar. Y todo se nos viene encima. ¿Por qué? Por un entendimiento equivocado del Evangelio y de quién es Dios.
El apóstol Pablo oró tres veces por una petición y recibió la misma respuesta a cada oración. Es ahí cuando Dios nos ve abrumados por la impotencia y pensamos y asumimos que Dios va a responder porque le hemos dado lástima o compasión, pero Gracias a Dios, Él responderá según Su carácter y lo que Él cree que es mejor para nosotros; y cuando entendemos esta verdad, Sus promesas y Sus respuestas a nuestras peticiones se vuelven más dulces y más dulces.
"En tres ocasiones distintas, le supliqué al Señor que me la quitara. Cada vez él me dijo: «Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad». Así que ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el poder de Cristo pueda actuar a través de mí. Es por esto que me deleito en mis debilidades, y en los insultos, en privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo. Pues, cuando soy débil, entonces soy fuerte." 2 Corintios 12:8-10
Como Pablo, necesitamos aprender a deleitarnos en escuchar: "Mi gracia es todo lo que necesitas"; Esto no es una dosis para calmar la ansiedad, o el dolor, pero es una invitación de Dios a aferrarte a Cristo mismo, porque la gracia por sí sola no es nada, lo que necesitas es la fuente de esa gracia, dicho en de otra manera Cristo es todo lo que tú necesitas.
Las debilidades no son tan malas como la cultura o nuestros padres nos han enseñado: ¿Por qué? Cristo se perfecciona en ellas, pero sólo hasta el punto que te humillas y eres humilde en reconocer la debilidad y la necesidad del poder de Dios en tu vida, es cuando vas a disfrutar de esa lluvia de gracia sobre tu vida, gracia sobre gracia.
Cuando pienses en tus debilidades y te abrumes porque son muchas, permíteme recordarte que tenemos un Dios mucho más grande que tus debilidad, y Dios va a actuar por medio de ellas no sin ellas, y se irá perfeccionando en ti, por lo tanto no es para sentir pena, ni sentirte menos, pero es ser humilde y reconocer tu necesidad de Él en tus debilidades; y cuando esto ocurre Dios cambia tus motivaciones, no vas a buscar ser fuerte para mostrar tu poder, pero vas a regocijarte en tus debilidades para mostrar lo grande y maravilloso que es Él.
Las debilidades, los insultos, las privaciones, las persecuciones y dificultades que hemos sufrido y que sufriremos son un regalo de un Dios amoroso. No un castigo como la cultura evangélica ha enseñado o el falso evangelio de la prosperidad, así que no desperdicies tus debilidades luchando en contra de ellas, pero gloríate en el Dios poderoso que puede perfeccionarse en ti por medio de ellas.
Las debilidades no son debilidad; porque en Cristo son poder...
Aplicación
- ¿Cuál es la razón por la que estás buscando verte fuerte, victorioso por tus propios medios?
- ¿Estás siendo humilde en reconocer tus debilidades ante Dios y tus hermanos? Arrepiéntete y confiesa.
- ¿Estás experimentando el poder de Dios en tu vida por medio de tus debilidades?
Oración.
Señor mío y Padre que estás en los cielos, cuán asombroso es Tu Poder, Tu gracia es lo que necesito hoy, pero jamás podré experimentar Tu gracia Dios, sin poder experimentarlo a usted, en intimidad y de maneras más profundas en mi diario vivir, reconozco mis debilidades, pero te pido perdón por no ser rápido a confesarlas y querer mostrar una fachada ante ti y los demás, pero confieso con mi corazón que Tú eres suficiente para mi. En el nombre glorioso de Cristo Jesús Amén.