“Preferimos quedarnos a oscuras antes que ver por medio de la luz de la vela de otro hermano. Hermano, no caigamos en tal estupidez. Si la luz viene de Dios, y es un niño quien la trae, aceptémosla gozosamente.”  C. H. Spurgeon

¿Cómo escuchar un Sermón?

Pareciera algo sencillo y lo es cuando lo hacemos de corazón y de manera intencional, pero muchas veces trivializamos algo que pareciera hacerse de manera natural, pero quizás has oído algunos sermones pero no los has escuchado de corazón.

Escuchar una predica puede convertirse en algo rutinario, monótono y automático. Pero quiero animarte ha escuchar de corazón, preparándote espiritualmente anticipadamente, entonces quiero animarte a que escuches como una disciplina espiritual de todo creyente maduro.

Antes de responder ¿Cómo escuchar un sermón o una predica? Debemos responder. ¿Por qué debería escuchar un Sermón?

Déjame dar 5 razones de porqu deberías escuchar un semón:

1) Si la predicación no es adulterada, y en lugar de eso es fiel al carácter de Dios entonces debes escuchar la predica porque es Palabra de Dios. 1 Tes 2:13b

2) Dios nos ha ordenado escuchar con atención y poner en práctica. Is 55:3; Hb 3:7-8; Stg 1:22-25

3) Dios sigue hablándonos hoy. Hb 1:1-2

4) Deberíamos escuchar atentamente por que Dios escogió la predicación para dar a conocer su plan y salvar a los que creen. 1 Co 1:21

5) Dios usa su Palabra predicada para equiparnos, animarnos, exhortarnos y edificarnos. 2 Tim 3:16-4:2

¿Cómo escuchar un Sermón?

A. Antes del Sermón.  

- Ora para que al escuchar la Palabra de Dios tus oídos sean abiertos y puedas ver con claridad lo que Dios quiere para tu vida, también ora por el corazón del predicador para que ambos puedan rendirse a la supremacía de Cristo en la predicación.

- Lee la Palabra de Dios disciplinadamente no solo en el servicio o durante el sermón. El Espíritu Santo te recordará otros pasajes de la Escritura durante un sermón para ánimo y corrección.

- Anhela anticipadamente llegar con un corazón deseoso de escuchar la Palabra de Dios.

B. El día del Sermón.

- Ora pidiendo a Dios que la Palabra sea predicada. Neh 8:1.

- Lleva tu Biblia y un cuaderno de notas para precisamente eso “tomar notas”.

No tomar notas creo que es orgullo, autosuficiencia y un desprecio a la predicación. Pero ¿Por qué no tomaría notas?  Simplemente piensas: no me van a enseñar nada nuevo, no es necesario tomar notas, no necesito tomar notas etc. Pero una buena disciplina es tomar notas y aplicar lo que Dios esta enseñándome en la predica.  

- Aplica el mensaje, hazlo personal Dios está hablando contigo.

- Sé humilde y responde en obediencia a Dios.

- Pregúntate: ¿Qué pasos de fe debo dar? ¿Qué pecados Dios está mostrándome?¿Hay algo que Dios me está ordenado hacer?

- Arrepiéntete y confiesa los pecados mostrados.

- Agradece a Dios por su fidelidad y por la Palabra de Dios predicada.

C. Después de la predica (durante la semana siguiente)

- Examina las Escrituras como un buen “Bereano”.  Hch 17:11

- Medita en lo que Dios te ha enseñado.

- Comparte lo que Dios está haciendo en tu vida por medio de su Palabra.

- Vuelve a leer los versículos de la predica y lee el capitulo siguiente de donde quedaron en el domingo anterior y medita.

- Ora para que Dios sea glorificado en gran manera en tu vida por medio de escuchar, estudiar, aplicar Su Palabra.

- Ora por el predicador para que Dios lo use en gran manera para bendecir tú vida por medio de la predicación.

“Pidamos que el Señor esté presente en nuestra lectura, escuchando y aplicando un Sermón, que podamos mirar desde la Biblia a Dios, desde el precepto a Aquel que lo cumplió, desde la Ley a Aquel que la honró, o desde a ira a Aquel que lo soportó por mí, que es el “Si y Amén”. Entonces empezaremos a leer la Biblia y escuchar la Palabra de Dios predicada de una manera muy diferente”. C. H. Spurgeon (cursivas añadidas)

Eres amado.