La importancia del legado
¿Porqué es importante dejar un legado a nuestros hijos?, averigualo con los siguientes ejemplos:
En 1874 un miembro de la junta de la prisión estatal de Nueva York se dio cuenta de que seis miembros de la misma familia habían sido encarcelados simultáneamente. Realizaron una investigación, teniendo en cuenta a varias generaciones pasadas, tratando de encontrar la pareja original que dio lugar a este trágico legado familiar.
Lograron trazar la línea familiar hasta un ancestro nacido en 1720, un hombre vago y perezoso que en su pueblo tenía la reputación de ser problemático. Era además alcohólico y considerado como una persona de baja moral. Para empeorar las cosas, se casó con una mujer muy parecida a él, y tuvieron seis hijas y dos hijos.
Veamos lo que el informe de esta investigación reveló acerca de aproximadamente 1200 descendientes de esta pareja que todavía estaban vivos en 1874:
• 310 no tenían hogar.
• 160 eran prostitutas.
• 180 abusaban del alcohol o las drogas.
• 150 eran criminales que habían estado en prisión, siete de ellos por asesinato.
Además, el informe reveló que el Estado de Nueva York había gastado millón y medio de dólares —una suma enorme en aquella época— cuidando a los descendientes de esta familia, y ni uno solo de ellos había contribuido significativamente a la sociedad.
Tristemente, podemos ver en este ejemplo cómo los padres disfuncionales pueden afectar y transmitir sus comportamientos y conductas dañinas de generación en generación.
Un contraste alentador
En contraste, se estudió otra herencia familiar, relacionada con una pareja que vivía en aquella misma época. Este segundo estudio familiar comenzó con el famoso predicador Jonathan Edwards, quien nació en 1703. Un hombre profundamente religioso, había vivido una vida de fuertes principios morales, se había convertido en ministro y estaba muy dedicado a su familia.
Se casó con una mujer muy religiosa llamada Sarah, quien compartía sus principios, y tuvieron 11 hijos. Jonathan Edwards llegó incluso a ser el presidente de la Universidad de Princeton. Esto es lo que los investigadores descubrieron acerca de 1400 descendientes de Jonathan y Sarah Edwards en 1874:
• 13 eran presidentes de universidades.
• 65 eran profesores universitarios.
• 100 eran abogados.
• 32 eran jueces estatales.
• 85 eran autores de libros clásicos.
• 66 eran médicos.
• 80 eran oficiales políticos, siendo tres de ellos gobernadores estatales.
• 3 eran senadores.
• 1 llegó a ser vicepresidente de los Estados Unidos.
¡Cuán grande es la diferencia que marca el ejemplo y los principios que se transmiten a la siguiente generación! Los sólidos principios morales pueden de hecho traer bendiciones y oportunidades para las generaciones que aún no han nacido.
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