Hace un tiempo atrás una pareja de la iglesia nos regalo unas entradas para ir cine, para una cita romántica por cierto la película fue muy buena y no era romántica por si se lo preguntan, jaja, pero mientras estaban corriendo los anuncios antes de iniciar la película hubo un anuncio que mostraba a una mujer hablando de estudiar una maestría. Casi al final del anuncio ella dijo algo así: “yo tengo  una maestría en X carrera y mi esposo una maestría como Papá”, inmediatamente escuche a alguien diciendo “Qué ridículo”  si, si ese era mi esposo que no estaba de acuerdo con el mensaje del comercial.. mi esposo dijo: "que triste que ella esta más feliz por un cartón que por el hecho de cuidar a sus hijos" y pensé: es verdad, están diciéndoles a las mujeres que su valor esta en los títulos que puede poseer, y no es que pensemos que no se debe estudiar,  pero el punto es lo sutil de decirle a la mujer que con su titulo ahora si esta completa. ¿Es tan malo ser madre y esposa? ¿Qué piensas? El mundo y la cultura te dicen que eres alguien si tienes una posición en tu trabajo, pero no si eres madre y esposa piadosa.

Por la gracia de Dios, soy mamá a tiempo completo y estoy dedicada a nuestro hogar, aunque tengo un título universitario, hay mucho, mucho gozo en mi corazón de ser mamá de tres hermosos niños, soy esposa y hermana en Cristo de mi esposo y soy esposa de pastor, no una pastora, jaja. Siento mucho mucho gozo en mi corazón por serlo, no me lo perdería por nada en el mundo, pero eso no es mi valor aunque lo aprecio mucho, la Palabra de Dios me enseña una y otra vez que mi valor es ser llamada hija de Dios. Doy gracias a Dios por eso porque Él cambió mi corazón para ver lo bendecida que soy al serlo. Y ese es mi verdadero valor y espero y anhelo  sea el tuyo también. Fuera de los propósitos de Cristo y sin Cristo no tienes valía, no importa cuanto lo diga el mundo.

Con tantas mentiras en los medios y en nuestros propio corazón acerca de nuestra identidad, valor, propósito y carácter como mujer, es vital y necesario regresar a las escrituras, No eres una gran mujer por tu posición en una empresa, o por tus recursos, o tus estudios, tampoco eres menos por ser esposa y mamá, lo que le da valor a la mujer es quien es delante de Dios, el mayor valor que podemos tener en este mundo y el venidero es ser llamadas “hijas de Dios” y que podamos llamarle nuestro “Papi” nuestro “Abba Padre”.

La Biblia nos enseña que tanto nosotras las mujeres, como los hombres, llevan el sello de la propia imagen de Dios, somos iguales ante los ojos de Dios pero con roles distintos, muchas mujeres en la historia de la redención han tenido papeles prominentes, (Ana, María, Ester, Rut, Sara, Rahab, entre otras) pero ninguna de ellas es recordada por su propia gloria sino por su nobleza y sumisión a Dios.  Dios te ha hecho, si eres esposa, ayuda idónea de tu esposo, y si eres mamá o estás a punto de serlo, tienes un gran privilegio al ser mamá, tenemos un rol único y vital en la maternidad y crianza de los hijos, no lo desperdicies por creer las mentiras en tu propio corazón.

No tengas miedo de afirmar que somos vasos más frágiles (1 Pedro 3:7). Dios ya lo sabe, Él nos creó. Y Dios para protección nuestra, (nuestros corazones) estableció el orden apropiado en la familia, en la iglesia, y la sociedad, asignando las responsabilidades del liderazgo y protección en el hogar al esposo. (Efesios 5:23), y de igual manera designando a los hombres de la iglesia para los papeles de enseñar y liderar (1 Timoteo 2:11-15). Amén y Gloria a Dios por eso.

La Palabra de Dios nunca minimiza o degrada a la mujer, ni descarta su valor ni minimiza sus talentos y habilidades, en lugar de eso Dios nos enseña el verdadero valor de la feminidad bíblica. Dios en Su Palabra nos enseña la verdadera belleza y pureza de la mujer y que esta belleza se manifiesta en el corazón. “Sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios” 1 Pedro 3:3-4.

Leamos Proverbios 31:10-31

La mujer de Proverbios 31 no es una lista de cosas para hacer, pero es el resultado de una mujer que ama a Dios con todo su corazón, lo que Dios nos enseña a través de  proverbios 31 son frutos de la piedad en la vida de la mujer que ha puesto a Dios como su prioridad.

¿Cuáles son?

Proverbios 31:10-12  Una mujer virtuosa y su Matrimonio.

Su esposo confía en ella.  Esta mujer ama a su Esposo y se somete a él, ella le demuestra lealtad, diligencia por eso su esposo confía en ella.

Proverbios 31:13-24  El carácter de una mujer virtuosa.

Trabajadora, preocupada por su familia, diligente en las cosas del hogar, sus actividades eran para cuidar a su familia (Alimento, ropa), es una mujer prudente, sensata y esforzada.

Proverbios 31:25-27 La Honra a una mujer virtuosa.

Abre su boca con sabiduría, no como el pan de balde, sus hijos la llaman bienaventurada, su esposo le alaba también, la mujer virtuosa sobrepasa a todas las demás.  Una mujer virtuosa será honrada, alabada, no solo el 8 de marzo sino todos los días, porque todos los días esta mujer vivirá para la gloria y la honra de Dios.  

Pero de todas estas cosas la característica más  importante es que una mujer virtuosa Teme al Señor de todo corazón. Puedes ser trabajadora, amar tus hijos y esposo, estar muy disciplinada en las cosas del hogar, hablar con sabiduría pero si no hay temor de Dios, “todo” es en vano. Es simple verdad, pero nosotras lo hemos complicado, lo único que debemos hacer es tener Temor reverente del Señor. Que este día sea el temor de Dios lo que produce alegría y gozo en tu corazón e irradia a tu familia para la gloria de Cristo.

Aplicación

Filipenses 3:8-11

¿En qué cosas está puesto tu valor?

¿De qué cosas es urgente que te arrepientas y comiences a vivir como una mujer virtuosa?

Oración.

Gracias Señor por hacernos mujeres, por poner tu imagen en nosotras y por la muerte de Cristo en la cruz, que nos ha hecho tus hijas, no lo merecemos, no lo ganamos, pero por gracia y misericordia somos lo que somos, quita el velo de nuestros ojos, y pon nuestra mirada solamente en tí, que mi anhelos sean para tu honra y gloria, como mujer, como mamá, como esposa, pero sobre todo como tu hija. Amén.