Dado que nadie está excluido de invocar a Dios, la puerta de la salvación está abierta a todos. No hay nada que nos impida entrar por ella, sino sólo nuestra propia incredulidad.
Estamos en una época en donde el mundo ha hecho que la verdad luzca cada vez más nublada, pero también la iglesia está nublando la verdad con sus enseñanzas, motivaciones egocéntricas, metafísicas,
Porque esto es mi sangre, la cual confirma el pacto entre Dios y su pueblo. Es derramada como sacrificio para perdonar los pecados de muchos. Mateo 26:28